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Segundo Seminario de Economía del IIRE sobre la crisis mundial 2011

Puedes consultar el programa aquí: Program of the 2nd Economy Seminar Este segundo seminario es la continuación del seminario sobre la crisis económica celebrado del 2 al 4 de octubre de 2009. El primer seminario estuvo dedicado a analizar las consecuencias inmediatas de la llamada “crisis de las subprimes” en EEUU, es decir, el rescate de la bancarrota de los bancos con dinero público, el desplome del mercado financiero internacional, y la profunda recesión que le siguió con dramáticas consecuencias en términos de despidos masivos e incremento de la pobreza.

En aquel entonces, hubo un consenso sobre la naturaleza sistémica de la crisis económica, unida a una crisis alimentaria, energética y ecológica. Los planes de rescate adoptados por los países del G8 se ocuparon sólo de la cuestión económica pero quedaron lejos de abordar las otras dimensiones de la crisis. Y aún en el terreno puramente económico, las medidas adoptadas por las economías capitalistas avanzadas se revelaron incapaces de promover el retorno a un crecimiento moderado y estable. La razón principal es que la agenda neoliberal y el papel preponderante dado por los estados a los mercados financieros no ha cambiado.

Sin embargo, hemos visto cómo los países capitalistas de Latinoamérica y Asia no se vieron afectados de la misma manera por la crisis y pudieron recuperarse durante la primavera de 2009. En estos países, la política monetaria expansionista clásica y el masivo gasto público fueron capaces de absorver el impacto y retomar una tasa de crecimiento bastante alta. China fue el principal motor de crecimiento no sólo para los países de Asia, sino también para Latinoamérica y África, confundiendo a muchos analistas que pronosticaban que la importancia de sus exportaciones a Europa y Norteamérica harían imposible a China mantener su alta tasa de crecimiento. No sólo China ha subido un poco más en la jerarquía internacional, sino que podemos hayarnos ante un giro en el centro de gravedad de la acumulación capitalista global para las próximas décadas.

Mientras tanto, se está desarrollando una nueva fase en la crisis internacional. Gracias a los planes de rescate y a las bajísimas tasas de interés adoptadas por los bancos centrales, los bancos privados han pasado de sufrir masivas pérdidas a conseguir beneficios históricos al igual que las grandes multinacionales que han recortado sus plantillas y hecho reestructuraciones con la bendición de los gobiernos neoliberales. Las pérdidas de los bancos privados han sido transformadas en deuda pública y ahora Gobiernos conservadores y social-liberales por igual quieren que los trabajadores paguen por esto. El FMI ha invitado a las economías avanzadas a volver a la situación anterior a la crisis de una deuda media por PIB del 60% del PIB para 2030. Esto requeriría una restricción fiscal del 0.84% puntos del PIB, un equivalente a alrededor de 370 billones de dólares estadounidenses cada año. Los Estados han reaccionado ya con profundos recortes en el gasto público social y con subidas de impuestos abiertas o encubiertas. Estos recortes e impuestos no restaurarán las finanzas públicas por la simple razón de que enfriarán la frágil recuperación de los países capitalistas avanzados. Los inversores y los bancos lo saben y están especulando sobre la capacidad para hacer frente a su deuda de los Estados más frágiles. La especulación es muy simple: inversores de todo tipo están pidiendo tasas de interés muy altas para refinanciar la deuda públicaque los países no pueden pagar. Luego se organiza un nuevo “rescate” para que el país “rescatado” acepte más recortes sociales, más tasas sobre los asalariados, y más represión salarial.

 En los '80 y en los '90, este fue el sino de los países en desarrollo de América Latina y África para ser atrapados en la trampa de la deuda. Una de las novedades más llamativas de la presente crisis es que Europa se enfrenta ahora al mismo tipo de crisis de la deuda. Grecia, Irlanda, Portugal y quizá mañana España y otros podrían caer en la red de los especuladores. Esta es la primera vez que países que pertenecen a una de las regiones centrales del mundo capitalista están siendo sometidos a brutales planes de ajustes estructurales. Esto tendrá un fuerte impacto deflacionista en el crecimiento de otros países europeos como Francia o Gran Bretaña que aún no están afectados por los ataques especulativos pero están aplicando los mismos planes de austeridad de antemano con la esperanza de salvarse de la especulación. Es muy probable que al final los fundadores de la UE, como Francia o Italia, evitarán una crisis de la deuda, pero lo cierto es que la UE se sumerge en un largo período de bajo crecimiento, menor de lo que era ya antes de la crisis. Esto someterá a las instituciones de la UE a mucho estrés con la posibilidad reales de una ruptura o de su desmembramiento en dos grupos, el llamado norte y sur de Europa con un gran signo de interrogación acerca de dónde se encuentra exactamente la frontera.

El futuro de la UE está tan seriamente cuestionado que uno de los mayores objetivos de este seminario es analizar en detalle varios de los aspectos de la crisis económica en Europa y dibujar las lecciones políticas necesarias desde el punto de vista de los trabajadores. ¿Es la quiebra de Europa algo bueno o malo, y para quién? ¿Pediríamos el fin del Euro o apoyaríamos la salida de uno o más países de la Eurozona? O, más allá de la negativa a pagar la crisis, que genera consenso, ¿haríamos una campaña con otras propuestas tales como un programa actualizado para la convergencia social de la UE, para “ir hacia la cima” en vez de “ir hacia el fondo”?

 El segundo objetivo del seminario será, como en el anterior, analizar la situación económica y social en otros continentes.

Para empezar, la situación en los EEUU es significativamente diferente a la de la UE. La Reserva Federal (FED) es capaz y está dispuesta a imprimir dinero (lo que se llama “flexibilización cuantitativa”) para comprar deuda pública, a diferencia del Banco Central Europeo. El Estado Federal no se encuentra bajo la amenaza de un ataque especulativo alimentado por la posibilidad de que no pueda hacer frente a la deuda federal. El margen de maniobra del Gobierno de los EEUU es mucho más importante que el de la UE. Esto no significa que la deuda pueda llegar al nivel que el Gobierno de los EEUU quiera. Standard and Poor's rebajó la deuda de EEUU en abril de 2011 y esto tuvo un impacto inmediato en las Bolsas, demostrando que hay un límite de aumento de la deuda que los inversores privados aceptan para financiar la deuda a un tipo bajo. Con todo, el capitalismo de EEUU está todavía plagado de serios problemas, tales como las deudas privadas de las familias que deterioran su capacidad de consumo, el alto nivel de desempleo, el alto nivel de desigualdad en los ingresos, la incapacidad de las autoridades para rehacer el mercado interior, y los efectos recesionistas de los recortes en el gasto público y social. Esto sin mencionar el coste de las guerras de Iraq y Afganistán. Aunque la política económica es en parte diferente a la de Europa, los EEUU tienen la misma incapacidad para recuperarse de la crisis desde hace cuatro años. Debido a que los EEUU siguen siendo, con mucho, la economía capitalista más importante, el seminario tendrá que evaluar el estado de la economía de EEUU y su oportunidad de participar en un nuevo patrón de crecimiento.

 El tercer objetivo del seminario es actualizar el análisis de la situación económica en América Latina, Asia y si es posible (y haremos que sea posible), en África. No es posible resumir las muchas características diferentes y comunes entre estos continentes, pero hay al menos dos puntos clave.

  1. En su conjunto, los países en desarrollo se han visto menos afectados por la crisis económica que los países ricos.

  2. Esto se debe principalmente a la resistencia de China a la crisis y el hecho de que China es ahora el principal socio comercial de muchos países de Asia, América Latina y África, en sustitución de los EEUU o la UE en este papel.

 Esta es una situación radicalmente nueva y la primera evidencia clara de lo que significa un mundo multipolar. Es necesario tomar la medida exacta de este fenómeno y sus implicaciones. China se ha convertido en la segunda potencia mundial en términos de PIB en 2010 (en dólares de EEUU) y se está acercando a los EEUU. En 1995, en valor del PIB de EEUU era 10.5 veces mayor que el del PIB de China. En 2010, éste era sólo 2.5 veces mayor. En términos de PIB per capita, es aún más estrecha. Sin embargo, hay expectativas razonables de que para el año 2030, habrá más chinos con un ingreso promedio equivalente al de los EEUU que en los propios EEUU. Si añadimos a India al cuadro, es posible que para el año 2050 (o antes), haya más consumidores de bienes duraderos en Asia que en América del Norte y Europa juntos. Esto no significa que China sea ya capaz de sustituir a los EEUU como consumidor de recursos y como motor de crecimiento de la economía mundial. Tampoco significa que China y Asia puedan “separarse” del resto de la economía mundial. Significa que ahora la crisis en los países capitalistas avanzados no conduce automáticamente a una crisis de la periferia de su misma magnitud y no dificultará su recuperación. Lo que es más, los llamados BRIC, son también países capaces de decir “no” a los EEUU y a la UE cuando sus intereses principales intereses estén en juego. Por ejemplo, China ha mantenido un tipo de cambio casi fijo del yen con el dólar de EEUU y la India sigue negociando con Irán a pesar del embargo. Esto añade una nueva complejidad en las relaciones internacionales y nuevos problemas para los poderes imperialistas.

Mientras se hace necesario conocer el crecimiento de China, se hace también importante ser conscientes de las debilidades de la economía china. El plan de estímulos aprobado por el Gobierno chino en 2008 fue un éxito para reflotar la economía que mantuvo una tasa de crecimiento del 9% en 2009 y del 10% en 2010, arrastrando a la mayor parte de Asia y a muchas de las economías de América Latina a su paso. El plan de estímulos se acaba ahora y la cuestión principal a analizar es si China tiene la capacidad de mantener el mismo nivel de crecimiento. Aún más, el plan de estímulos ha reavivado algunos problemas tradicionales de la economía china como la inflación, el riesgo de la burbuja especulativa en el mercado de valores, en el sector inmobiliario y en la vivienda. Esto también ha exacerbado el desequilibrio entre la inversión y las exportaciones netas por un lado y el consumo de los hogares por otro. Si China no es capaz de reequilibrar su régimen de crecimiento a favor de su mercado interior, gracias a un aumento del consumo de los hogares, su crecimiento se ralentizará y con esto la demanda dirigida a muchos países asiáticos, latinoamericanos y africanos. Comenzaría una tercera fase de la crisis en la que esta vez muchos países en desarrollo se verían mucho más afectados.

 Este escenario necesita ser explorado y evaluado con el fin de poner de relieve una coyuntura econímica no muy lejana. Aunque no hay un vínculo simple y directo entre la economía y la política, la situación económica ayuda a explicar cosas que los gobiernos tienen que hacer y las posibilidades de los trabajadores para ganar.

  Cálculos del autor sobre la base de un ajuste del saldo primario de 8,7 puntos porcentuales de un déficit del 4,9 por ciento en 2010 a un superávit de 3,8 por ciento en el 2020 del PIB de los países avanzados, proyectado por el FMI en el Monitor Fiscal, mayo de 2010.

 
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